
Vivir en Argentina es, sin duda, interesante. Desde el día en que llegué a este bello país —sin imaginar que me radicaría aquí— me acompañaba un extenso y singular espíritu de cambio. Venía de un país tropical, alegre y lleno de intensidad, y me encontré con otra intensidad: la de una tierra atravesada por la desigualdad, la belleza, la lucha y también por una profunda vitalidad. Hoy, después de tantos años habitando...