Estamos transitando una parte de la temporada de verano en Capilla del Monte, localidad ubicada en el Valle de Punilla, Provincia de Córdoba. Una temporada realmente para revisar en todo lo que nos sugiere, cuando vivimos dia a díala realidad de esta localidad que de pueblo ya no queda mucho. Una ciudad con una densidad poblacional, que sugiere atenciones a los servicios urgentes a resolver en el logro de convertirnos en anfitriones turisticamente hablando.
Las decisiones politicas de nivel nacional, afectan las circunstancias de una region cualquiera que sea. Las decisiciones provinciales afectan de la misma manera. Las decisiones de la administración local, alertamos, denunciamos desde que nos involucramos como habitantes que ofrecemos servicios turísticos, sugieren que por sobre todo somos anfitriones turisticos en un tema trascendente para la humanidad. Son mucahas las inspiraciones nos sugieren estar activos en un tema y en una localidad, que mas alla de las situaciones de la casa, (de Capill del Monte, nuestra casa), evitando caer en el adormecimiento, en el aceptar todo como ley, permitir la decadencia por la decadencia misma, cuando afecta nuestra realidad dignamente dicha que es la del Ser Humano se refiere.
Porque no poner de manifiesto ante ustedes nuestros lectores, la realidad de Capilla del Monte en tiempos de reflexiones, de debates respetuosos con bases fundamentales, como lo hemos hecho desde que nacimos como Centro de Informes OVNI.
Capilla del Monte, ese rincón cordobés abrazado por el Valle de Punilla, es mucho más que un destino turístico pintoresco. Desde que Doering vislumbró su potencial y sembró las primeras semillas del hospedaje, la ciudad ha evolucionado hasta convertirse en un epicentro de fenómenos que desafían nuestra comprensión.
La historia de Capilla del Monte dio un giro trascendental en 1986, cuando «La Huella del Pajarillo» quedó grabada no solo en la tierra, sino también en la conciencia colectiva. Este evento, interpretado por el investigador por aquellos años, el sr. Angel Dìaz, como un «test para la humanidad», transformó a la ciudad en un imán para los buscadores de OVNIs y los curiosos del cosmos.
Hoy, Capilla del Monte ostenta el título de «capital de los OVNIs», como lo proponía la prensa internacional y nacional de la época cuando se realizaban notas de esta región, atrayendo miradas y visitantes de todos los rincones del planeta. Sin embargo, tras el brillo de los avistamientos y las teorías conspirativas, se esconde una realidad más compleja.
El turismo OVNI, si bien impulsa la economía local, también ha traído consigo una sombra de «estafas mentales, teorías conspirativas y sectas». Denuncia constante desde nuestra tarea, entendiendo el daño que se le hace a una parte de la sociedad que vive o que viene como turista. La falta de discernimiento y la proliferación de información dudosa amenazan con desvirtuar la esencia de un tema trascendente como en algunos momentos la de Capilla del Monte, convirtiéndola en un caldo de cultivo para el engaño y la manipulación. En este punto, hay que ingresar aquí un aspecto que rodea la temática de los ovnis, como lo son los contactados, abducidos que, en la falta de información, de formación en el tema, lastiman La Realidad Extraterrestre en su contexto al cual nos debemos referir.
Ante este panorama, Capilla del Monte se enfrenta a una encrucijada, desde nuestra perspectiva como Centro de Informes O.V.N.I. La pandemia y las decisiones políticas han añadido incertidumbre a un escenario ya de por sí desafiante. Es hora de repensar el modelo turístico, priorizando la sostenibilidad y el bienestar de la comunidad.
La gobernanza local tiene la responsabilidad de proteger a Capilla del Monte de los peligros que acechan en la era de la desinformación. Fomentar el pensamiento crítico, promover la transparencia y fortalecer los lazos comunitarios son pilares fundamentales para construir un futuro más sólido y equitativo.
Capilla del Monte es un tesoro que debemos cuidar. Más allá de los OVNIs y los misterios celestiales, reside una comunidad con una identidad única y un legado que merece ser preservado. Es hora de mirar al cielo con asombro, pero con los pies firmemente plantados en la tierra, trabajando juntos para construir un Capilla del Monte donde el misterio y la realidad coexistan en armonía.