20 Congreso Internacional de Ovnilogía

Capilla del Monte – Córdoba – Argentina

Una asignatura pendiente con un listado que quedó en el tiempo para continuar con nuestro evento anual.

Y a unos años después de haber realizado el Congreso numero 20 del CIO, me invita a contarles la magia de este proyecto de vida, con una anécdota que conté cuando se nos fue nuestro amado Jorge Suárez

Veníamos para Capilla del Monte, en el la noche terminando el jueves, comenzando el viernes de su partida. Me habían preguntado si quería ir en la cabina o al lado de su cuerpo. Sin dudar dije al lado de él. Sin saber que y como iba a viajar. Eran momentos a los que respondía como respondo cada día de mi vida. Entendiendo lo que pasa, tratando de comprender. Así fue. Y frente a mí una silla vacía fue lo que vi en medio su cuerpo. Muy extraña la experiencia. Solo recuerdo que vi hacia la ventana que dejaba ver el dibujo de la ruta luego de una parada para firmar unos papeles.

Cierto es que luego no sé, lo vi sentado, a Jorgito, frente a mi en esa silla que estaba vacía hacia un rato atrás. De algo estoy segura. Fue una larga y placentera conversación. De manera lejana, puedo recordar temas como las tareas del CIO. Era una de las tantas conversaciones que solíamos sostener en nuestros desayunos o almuerzos.

En el transito de los días puedo decir que se recordaba la conversación, luego de hacer cualquier tarea en mi vida sin él. Y cuando estaba enviando las invitaciones a nuestro 20 Congreso Internacional de Ovnilogía, firme en la idea de no detener este maravilloso evento, no alcanzaba a comprender como había llegado a realizarlo. Llegar a este número no fue fácil. Y estaba tejiéndolo.

Entre tanto que no alcanzo a contar pro tiempo y porque mucho se trata en casa, se trazó la invitación a Juan José Benítez. No podía hacer este numero 20 sin invitarle. Sin contarle que era un gran momento para que nos acompañara. La respuesta fue con un no. Ese no, tan igual al que le había respondido a Jorge Suárez, explicando que ya no participaba de ningún Congreso. Aceptando el día como viene seguimos adelante.

Ese año fue uno de los mas difíciles. A pocos días de recibir su respuesta, estábamos enterándonos de manera muy extraña, que estaba aceptando la asistencia a un Congreso que se realizaba el mismo año, en el mismo lugar y a una semana de la fecha que nosotros lo hacíamos. Quienes conocen de nuestra tarea, entenderán lo significativo y dificultoso seguir el camino en estas circunstancias.

Seguimos.

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