Pedro Ferriz
Una vida dedicada a los OVNIs
Durante décadas ha compaginado su labor como periodista con su otra pasión, la de investigador y divulgador del fenómeno OVNI. Autor de varias obras clásicas de la ufología mexicana, Pedro Ferriz es un auténtico pionero que ha dedicado su vida a estudiar el inquietante enigma de los «platillos volantes» y su relación con los yacimientos arqueológicos de su país.
A sus 82 años, Pedro Ferriz Santacruz continúa su labor periodística con la misma entrega e ilusión que el primer día. Este entrañable periodista mexicano es uno de los comunicadores más conocidos y respetados de su país pero, además, fue un auténtico pionero de la investigación y divulgación del fenómeno OVNI en México. Pude conocer al veterano ufólogo en los estudios radiofónicos de Imagen Informativa, donde trabaja actualmente. Me recibió amablemente con un apretón de manos firme y una sonrisa franca, y dimos paso a nuestra conversión.¿Qué son, para usted, los OVNIs?Lo que proponemos mi amigo Héctor Sampson y yo es que son experimentos de mecánica cuántica. Yo no soy físico, pero he leído mucho sobre el particular. Se habla de electrones que aparecen y desaparecen. Podemos leerlo en las teorías de Planck, de Pauli, etc Si existen universos paralelos, también deben existir allí personas como nosotros, otras inteligencias, otras civilizaciones. Para mí los OVNIs vienen de otra realidad y están realizando un experimento; por eso no se comunican con nosotros. Ellos podrían viajar como un electrón, apareciendo y desapareciendo a su antojo. Ese comportamiento puede ser uno de los grandes principios de la mecánica cuántica, el principio de la instantaneidad, de la simultaneidad. No tienes que viajar por el Universo Los astrónomos todavía no lo conciben y sin embargo es lo más lógico Ferriz tuvo el honor de retransmitir los lanzamientos de los cohetes de la misión Apolo y la llegada del hombre a la Luna. Allí, en cabo Cañaveral, presenció algo verdaderamente insólito.
«Durante el despegue del Apolo XI, otros periodistas y yo vimos algo muy raro», me explicó. «Era una especie de resplandor, como un arco iris pero en blanco y negro, o un ojo que estuviera mirando hacia la plataforma de lanzamiento 36A. Yo estaba en la zona de prensa y, de pronto, apareció en el aire, como un holograma. Poco después surgió otro ‘;ojo’ idéntico. Entonces pedí a mi hijo, que habla inglés, que preguntara a Walter Cronkite, un importante comentarista, e intentara averiguar algo. Cuando mi hijo se acercó, pudo oír que hablaba por teléfono con gente de la NASA, pero no le dieron ninguna explicación. Curiosamente, ningún periódico estadounidense escribió sobre el tema. Sólo la agencia Prensa Latina confirmó que, en ese mismo día y hora, sobre cabo Kennedy se habían visto dos resplandores. Pero yo sí lo comenté, pese a las burlas de algunos de mis compañeros», me aclaró orgulloso.
Autor prolífico
Es autor de varios libros. El primero fue Un mundo nos vigila (1972) que comienza con una entrevista a Wernher von Braun, el padre del cohete Saturno V. Después vinieron Los OVNI y la arqueología de México (de 1978, junto al francés Christian Siruguet), Los hombres del OVNI (1981) y ¿Dónde quedó el arca de la Alianza? (1983).
Durante nuestra charla, Ferriz recordó cómo comenzó a hablar sobre OVNIs en Radio Xela, en 1947, poco después del avistamiento del piloto Kenneth Arnold sobre el monte Rainer, en EE UU.
«Hacíamos un chiste, como en la película de Superman, que decía: ‘;¿Es un pájaro? ¿es un avión? ¡no! Es un platillo volador’. Creo que fue el primer programa del mundo sobre OVNIs. Después, en 1950, junto con el productor Pedro Estrada, hice un programa en el que entrevisté a Manuel Sandoval Vallarta, discípulo de Einstein, que normalmente no concedía entrevistas. También tuve ante las cámaras a grandes astrónomos mexicanos, como Joaquín Gallo, entonces director del Observatorio Astronómico y Meteorológico de México. Coloqué la cámara pegada al objetivo del telescopio. Tenía que esperar el momento en que no hubiera nubes La suerte fue enorme, porque pudimos ver y transmitir imágenes del planeta Marte y los cráteres de la Luna. Fue un éxito extraordinario».
Su programa abordaba también los grandes misterios de la Biblia, que eran representados mediante dramatizaciones realizadas por actores y actrices.
«Ya en esa época, entre 1954 y 1955, escribí un artículo diciendo que la estrella de Belén era un OVNI y me consideraron herético. Eran tiempos en que nadie cuestionaba la Biblia o el Cristianismo. Yo escribía en la revista Siempre, y este fue mi primer artículo: La estrella de Belén era un platillo volador. Luego los rusos plagiaron mi idea y la publicaron en sus libros.
¿Cómo nació Un mundo nos vigila?
Primero surgió como programa de radio, y se llamaba De las cosas que se ven en el Cielo. Tomé el título del libro de Carl Jung, el gran psicoanalista. Después, el programa pasó con gran éxito a la televisión. Fue el fruto de las inquietudes que despertaron en mi infancia mis maestros de la escuela. Con nueve o diez años yo tenía dos maestros maravillosos, Justino Cortés y Ángel Bautista. Nos hacían leer obras de ciencia ficción y astronomía: La Guerra de los Mundos, los libros de Julio Verne, de Camille Flammarion Hablábamos sobre la vida en Marte y en otros planetas. Todo eso me dejó el terreno abonado.
Las burlas de Cantinflas
Aunque hablar de OVNIs en aquella época era casi un «suicidio» profesional, Ferriz se ganó a pulso a la audiencia y a la opinión pública gracias a la seriedad con que trataba el tema.
«Cuando el secretario de gobernación me nombró director general de información de Notimex, la agencia oficial de México, le dije: ‘;No le conviene a usted, porque yo estoy metido en el tema de los OVNIs, que se presta al cachondeo’. Y él me contestó: ‘;¿Por qué no piensas en positivo? A lo mejor la gente cree que México está más avanzado que los demás en estos asuntos’. Y acepté: estuve seis años al frente de Notimex».
Aún así, el veterano periodista no escapó a la burla de algunos humoristas. Uno de ellos fue el mítico Mario Moreno, más conocido como «Cantinflas».
«Aquel amigo y buen hombre solía hacerme burlas recuerda. Pero un día acudió a una reunión en casa de un colega, Guillermo Núñez Keith, y me pidió disculpas confesándome algo: ‘;los discos voladores existen. Los he visto. El fin de semana pasado, sobre la autopista de Querétaro, tres escuadrillas sucesivas, de tres objetos cada una, obligaron a mi chofer a orillar el coche’. Ese mismo día, otro amigo nuestro, Guillermo Morales Blumenkron había visto los mismos objetos, pero desde la ciudad de México».
Ferriz tuvo en sus manos importante documentación oficial sobre los OVNIs, entregada por el presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz. También fue consultado por el presidente Luis Echeverría Álvarez (que gobernó entre 1970 y 1976), a causa de su avistamiento ufológico en Cuernavaca, cuando estaba en compañía de otras personas, entre ellas la famosa coreógrafa Amalia Hernández.
Y usted, ¿ha visto algún OVNI?
Uno no, ¡tres! me respondió exultante. Un día, al salir de un programa, sobre las cinco de la madrugada, circulaba por la periferia del Distrito Federal con muchas ganas de dormir. Iba conduciendo y, de pronto, vi una luz enfrente de mí, de color ladrillo, que se dividió en dos. Una bajó casi en mi dirección, mientras circulaba a la altura de la diagonal San Antonio. Lo curioso es que allí hay una zona arqueológica, una pirámide. Yo me bajé del coche y me subí al paso a nivel y lo vi delante de mí, pero sólo se veían las luces. Luego tomó rumbo hacia la avenida San Antonio y se fue. La otra parte volaba hacia la derecha, dirección a la ciudad de Toluca.
¿Y el otro avistamiento?
Fue desde mi casa. Acababa de llegar de una gira por Europa, acompañando al presidente Adolfo López Mateo. Me acuerdo que, de pronto, sentí el impulso de tomar un libro del ufólogo Aimé Michel. Abrí una página al azar, donde decía algo así como: «no hay que buscar los OVNIs únicamente en las noches estrelladas, podemos hacerlo también al mediodía». Así que tomé unos prismáticos, apunté al cielo y vi un OVNI. Era como una bola de metal. Yo me quedé asombrado y al mismo tiempo me sentí humillado, pues me habían manipulado. Ellos guiaron mi mente
A lo largo de su amplia labor divulgativa, Ferriz nunca ha tenido reparos en denunciar aquellos casos que le parecían fraudulentos. Sobre el famoso asunto del supuesto OVNI estrellado en Puebla, cree que no era una nave extraterrestre sino, probablemente, los restos de un satélite. Su agudeza y experiencia también le permitieron descubrir un notorio fraude en el llamado caso Metepec: el supuesto extraterrestre fotografiado sería en realidad un niño vestido de blanco: Kevin, hijo de Sara Cuevas, la verdadera responsable del fraude.
*Usted también tuvo la oportunidad de conocer a otros grandes ufólogos…
*Sí, como al pionero español Antonio Ribera, que vino a Acapulco. Lo llevé a mi programa y lo enfrente a Hynek, que entonces todavía mantenía una postura escéptica ante los OVNIs. Fue un gran programa. Ribera se quedó asombrado por la aceptación del fenómeno OVNI en México.
*Cree que la humanidad puede ser, como proponen algunos, el fruto de un experimento extraterrestre?
*Es posible. El desaparecido Andreas Faber Kaiser escribió uno de los libros más inteligentes sobre el fenómeno OVNI: El muñeco humano. En él desarrollaba una teoría que me gusta mucho. Yo, personalmente, creo que el fenómeno OVNI puede tener como objetivo hacer que el hombre se supere, para llegar a ser mejor.
Entre los numerosos casos que Pedro Ferriz tuvo la oportunidad de investigar, hubo uno que le impactó especialmente: el del piloto Carlos Santos. El 3 de mayo de 1975, este joven vivió una experiencia aterradora. Su avioneta Pipper fue abordada por tres OVNIs, que le llevaron a una situación de peligro. Uno de los objetos impactó con la parte inferior de su aeronave. Los controles no respondían, el tren de aterrizaje tampoco y no recibió respuesta a su petición de ayuda. Tras media hora de vuelo en círculos, la avioneta logró aterrizar en la capital mexicana, bloqueando el aeropuerto.
«Hablé con Santos y descubrimos algo muy importante. Cuando los OVNIs se abatieron sobre su avioneta, ésta sobrevolaba la zona arqueológica de Xochicalco y la escoltaron, durante quince minutos, sobre una ruta repleta de pirámides. ¿Había alguna relación entre éstas y los OVNIs? Este hecho nos puso, a mi amigo Christian Siruguet y a mí, en la pista de tales relaciones. Así surgió el libro Los OVNI y la arqueología de México. Descubrimos una alineación que pasaba desde Uxmal, Chichén Itzá, Martínez de la Torre, Teotihuacán, Cholula e iba a salir hasta Sinaloa, hasta el Pacífico».
Los dos investigadores también verificaron que las pirámides mexicanas emiten una cantidad considerable de energía. Con un simple voltímetro y subiéndose a una pirámide, comprobaron que el aparato registraba alteraciones inexplicables. También descubrieron que las pirámides no estaban situadas al azar, sino que obedecían a un orden, ya que están alineadas con precisión a lo largo de cientos de kilómetros. Tales alineaciones se cruzan formando figuras geométricas.
A pesar de estas investigaciones y de su larga trayectoria, Ferriz se siente especialmente orgulloso de haber organizado el Primer Congreso Mundial sobre el Fenómeno OVNI en Acapulco, en 1977. El evento reunió a 32 ufólogos de distintos países, como Jacques Vallée, John Keel, Salvador Freixedo, Fabio Zerpa, Enrique Castillo Rincón, Walter Andrus, Joseph Allen Hynek, William Spaulding o Ray Stanford , verdaderos «pesos pesados» de la ufología mundial.
«No fue un éxito de público, pero sí periodístico, pues las entrevistas a los ufólogos dieron la vuelta al mundo», recuerda el veterano investigador, feliz de haber influido en varias generaciones de apasionados por el fenómeno OVNI.